De como...|| How

23:04:00 Aitana 5 Comments

...un café con leche puede cambiarte el color del día. Después de terminar ayer el día a las 0030h de la noche, después de un día largo de trabajo, de esperar en la puerta de mi casa tres horas y media, sin llaves, habiendo pasado un poco de miedo, un mucho de frio, un mucho de sueño. Después de haberme levantado a las 0700h con la esperanza de que el alemán hubiera vuelto y me llevara a trabajar en coche. Después de comprobar que no estaba y que no sabía muy bien como llegar hasta el Instituto. Después de asaltar a mis compañeros de casa y decirles si me pueden dejar en la ciudad, salir corriendo de casa, comprobar que está lloviendo y que no llevo botas adecuadas. Después de que, literalmente, paren el coche y me digan: esto es lo más lejos que puedo llevarte, y que me dejan en mitad de la ciudad, sin saber muy bien hacia dónde tengo que ir. Después de deambular por las calles intentando que alguien me diga cómo cojo un bus para llegar al trabajo. Después de conseguir llegar hasta una parada de autobús y comprobar que pasan cada hora, y que por supuesto acaba de pasar el de esa hora. Después de esperar y esperar a ver si llega en tiempo y pensar, por un mili momento, qué estoy haciendo aquí. Después de subirme al autobús y comprobar que me cuesta casi 4 euros el viaje. Después de casi echarme a llorar en el autobús escondiéndome tras las gafas de sol en un día sin Sol. Después de todo eso...

…llego al Instituto y respiro hondo, me subo a la cafetería y me pongo un café con leche sin prisas, como a mí me gusta, con azúcar, calentito y bien cargado de café...miro por la ventana y veo el mar, pego un sorbito y el día cambia de color... y de repente todo parece mejor, y pienso que anoche vi Orión al revés y la luna creciente en forma de C,  y pienso que anoche el kiwi imposible de entender de mi casa llamó a la puerta de mi cuarto cuando estaba ya  a punto de irme a dormir y me dio su número de teléfono y el de su mujer y me dijo, esto no tiene que volver a pasarte, llámanos cuando lo necesites, y pienso que el autobusero me ha parado justo en la puerta del trabajo y ha mirado por el retrovisor para decirme hasta luego, y que mi jefe me ha dicho que no me preocupe que ya me iré organizando, y que mi correo del Instituto ya funciona, y que el informático me ha dicho que le pida lo que necesite, y que en realidad esto es parte de la adaptación, y que mejor ahora que más tarde, porque ahora ya soy más independiente que ayer, y ya sé dónde coger un autobús, y ya puedo empezar a hacer mi vida aquí sin contar con nadie, y sonrío…
Así que, sí, mi café con leche me ha sabido a gloria y el día tiene otro color. Sigo con un poco de ganas de llorar, pero me siento menos sola, y con más fuerza, porque sé que esto sigue siendo una buena idea y que después de todo: I’m going to like this…

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...a cup of coffee can change the color of your day. Yesterday, after finishing my day around 0030h at night; after a long working day; after waiting by the front door of my house for three hours and a half, with no key to go in; after being a little bit scared walking back home, being a little bit cold, being a little bit sleepy. Today, after waking up at 0700h, hoping my workmate could give me a ride to work; after realizing he was not at home and I didn’t know how to get to work; after jumping into my flatmate’s car and asking for a ride downtown; after running out of my house, only to realize that it’s raining and I am not wearing proper boots; after being, literally, dumped in the middle of the city without any clear idea of where to go. After wandering around the streets trying to get information about which bus would take me to work; after finding a bus stop and discovering that the buses were scheduled once an hour and, of course, one had just passed by the bus stop. After waiting, and waiting, and hoping the next bus would be on time and thinking, just for a second, “what am I doing here?”. After getting into the bus and discovering that the one way ticket costs around 4 Euros; after almost breaking-down crying on the bus, hiding behind my sun glasses on a day without sun.

After all that…

…I arrive to work and I take a deep breath, I go to the canteen and I make myself a latte without haste, the way I like it: with sugar, warm and strong… I look through the window and I can see the sea.  I sip a little bit and my day changes color…and suddenly everything looks better, and I remembered that last night I could see Orion upside down, and the waxing moon like the letter C, and how my kiwi flat mate yesterday gave me his phone number and told me: “call us if you need us”; and the way the bus driver stopped the bus right at the front door of my workplace and waved goodbye; and how my boss told me, “don’t worry, you’ll manage”; and that my email from work is already working, and the IT guy told me to ask for help if needed; and I think that this is part of the adaptation, and that it is better to go through now than later, because today I’m already more independent than yesterday, and I already know where to take the bus, and I can already run my life by my own, and I can smile…

And then, yeah!, my latte was great and my day has another color. I still feel like crying, but I feel less alone, and stronger, because I know, that being here, coming to the other end of the world, is still a good idea and after all: I’m going to like this…

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5 comments:

  1. Hola. I'm becoming a follower.
    ¿las tazas las enviais por UPS?

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  2. ...mmm, no lo sé, pero si me lo pides así seguro que encuentro la manera, :)...

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  3. Guapaaaaaaaaaa mucho ánimo!! Los principios son duros pero ya veras como todo va genial :-)

    BEsitosssssssss,

    Abrazoooooooooo enormeee

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  4. todavia no puedo se me nubla la vista

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  5. Prima tranquila, te acostumbraras. Las vistas deben de ser maravillosas. Como es estar ahi sabiendo que entre Valencia y NZ hay 13h de diferencia??
    TQM

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