Mudanzas || Moving
Las mudanzas, incluso las deseadas, siempre me producen la misma sensación de vacío en el estómago. Unas más, como cuando hace 4 meses desmonté mi casa reduciendo mi vida a dos maletas para cruzarme el planeta entero siguiendo un sueño, otras menos, como cuando, una vez aquí, tras un mes en una habitación cuyo olor a humedad me acompañó durante cada día de ese mes me trasladé a otra habitación seca y calentita. Pero siempre me producen la misma sensación de vacío, un regusto medio amargo al final de la garganta. Hubo un tiempo en el que cada seis meses sentía la irrefrenable necesidad de cambiarme de casa (y de trabajo, y de ciudad, y de color de pelo), y ahora, sin necesitarlo, ni quererlo, llevo tres mudanzas en 4 meses. De tanto hacer y deshacer maletas, te acostumbras, te haces experta, optimizas el momento de empaquetar y desempaquetar, y además, como dice la hermana de una amiga mía, no hay nada mejor contra el Síndrome de Diógenes que una par de mudanzas al año, mano de Santo, oiga. Así que cuando ayer se ofrecieron a echarme una mano con un coche para mover mis cosas, tuve que declinar la oferta, sólo me quedaba una maleta para llevar y además…
…estas cosas es casi mejor hacerlas sola, al menos durante el momento medio íntimo en el que despojas a tu casa de tu alma, en ese momento en el que poco a poco deja de ser tu casa, para pasar a ser una casa, cuando los cajones se quedan vacíos, y las paredes hacen eco, cuando el cuarto de baño deja de tener mil quinientos botecitos diferentes que nunca usas y una cortina rosa de lunares blancos, y la imagen que refleja el espejo ya no es la de recién salida de la ducha, sino la de una extraña con una mochila al hombro. Aunque he de reconocer, que aquellas mudanzas que por alguna extraña razón se hacen duras, se atragantan, se tuercen, se enquistan, se eternizan y parece que nunca llegan a su fin, requieren de una persona ajena al sistema que imponga su imparcialidad, como en aquella mudanza en la que no hubiera sido capaz de dar ni un paso más, si la flakurria no me hubiera ayudado a bajar cientos y cientos de bolsas de basura como último paso en mi nueva vida, ni hubiera dejado grabado para la posteridad esa frase que siempre me hace sonreír, Casa 1 Aitana 0, cuando fui incapaz de desatornillar las barras de las cortinas de la pared.
En aquella mudanza, recuerdo que me abrí una botella de buen vino para acompañar un plato de comida para llevar, sentada en el sofá, que era lo único que quedaba. Me abrí una botella de buen vino para despedirme de toda la felicidad que esa casa me había dado. En este caso, la botella de vino la tengo preparada para el estreno, para el momento en el que tenga mis pocos libros colocados en las estanterías, para cuando las perchas me muestren mis vestidos y mis pañuelos del cuello, para cuando Mimosín me sonría desde la cama, para brindar por toda esa felicidad que, estoy segura, me dará mi nueva casa, y ahí vamos de nuevo…
Creo que vivo un poco en la inopia y me alegro, porque de saber que había alerta por sunami ya me habría dado un telele.
ReplyDeleteA poco que salgas a la familia, aún te quedan muchos traslados, nosotros ya hemos hecho la docena y ya sabes que cuando no me puedo trasladar o hacer obras, necesito cambiar los muebles de sitio. No se si son los mejores genes que te he dejado pero algo es algo, no va a ser todo de tu padre.
Hoy fue mi ultima cena, y mientras comia apreciaba el espacio de una casa vacia, y no me refiero a las cosas, solo a una casa carente de identidad y alma, donde las cosas estan aqui porque la gente las ha abandonado o porque deben estar como parte del contrato firmado. Yo siento que abandono un lugar donde tuve vivencias, momentos buenos y malos, por ejemplo mientras cenaba miraba el sofa....si ese sofa...y pense bueno esos recuerdos me los llevo para siempre, creo q he aprendido a dejar atras las cosas materiales q nos atan, y me preocupo mas de lo sentimental. Ho hubo vino, ni cerveza solo un hot drink, el cual me traje a la pieza donde solo tengo mis dos maletas listas, sobre las cuales me tuve q sentar para poder cerrarlas, estoy listo para partir, partir por nuevas viviencias, algun dia encontrare ese lugar que no encontre aqui, sere mas cauto en la eleccion, dejo esta casa con un marcador de "El anonimo" 5 Casa 0, por todo lo q gane en experiencia en un lugar q nunca senti mio y jamas me pertenecio. Y q venga la proxima, ojala no una casa si no un hogar! El anonimo otra vez, bastante desconocido.
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