Enero en la playa
Coger un avión que se mueve antes de despegar. Dar saltos mientras despegamos. Que me suden las manos y se me acelere el pulso. Aterrizar en Auckland, pasear por el puerto en manga corta y que se ponga a llover. Tomarnos una cerveza con un amigo que hacia anyos no veía. Echarnos unas risas. Ver el skytower de Auckland. Empezar nuestro curso de surf. Conducir tres horas hasta un lugar espectacular, tan remoto que apenas hay 10 personas en una playa infinita. Meterme en el agua calentita, surfear, coger una y otra ola. Intentar dominar la tabla, sentir el Sol en la cara, la sal en los labios, la arena en los pies. Irme a dormir a las 2130h, caer rendida. Desayunar huevos y café con leche, que haya amanecido nublado, volver a la playa, surfear, coger una y otra ola, no poder para de sonreír. Pegarme una ducha de agua hirviendo, comer con hambre, decidir hacer un poco de kayak con la marea alta, remar durante un par de horas con un paisaje recién sacado de una película del Senyor de los Anillos, jugar al volleyball. Irme a dormir a las 2200h, caer rendida. Cruzarnos la isla buscando una nueva playa y unas nuevas olas. Llegar a otra playa infinita, que haga sol, que haga calor, ponerme crema del Sol, banyarme en bikini, ver chicos guapos, sentir ganas de perderme en un par de ojos azules como el mar, sonreír, meterme en el agua, surfear, coger una y otra ola, sentir ganas de no salir del agua. Ir a ver atardecer con unas cervezas, hablar sobre la Antártida, subir a "Inspiration Point" a ver las estrellas, sentirme insignificantes debajo de Orion al veres, la Cruz del Sur, la vía láctea y un par de galaxias. Escuchar que en algún lugar de África creen que las estrellas son fuegos de otras tribus. Sonreír tumbada en el suelo, oír de lejos las olas. Ver "glow worms", gusanos que brillan en la oscuridad, no poder dejar de mirarlos. Sentirme afortunada. Que amanezca lloviendo, meterme en el agua lloviendo, conseguir ponerme de pie en la tabla 2 de cada 3 olas, querer mas. Que salga el Sol, sonreír, reír a carcajadas, querer mas. Conducir de vuelta a Auckland pensando cuando va a ser la próxima vez que me meta en el agua, sentir los músculos doloridos y el cuerpo cansado, volar de vuelta a casa con un anochecer infinito. Llegar a casa y pensar que todavía me quedan 10 días de vacaciones. Caer rendida y dormir de un tirón.
No es mala forma de empezar el anyo, no es mala forma de pasar Enero en la playa. Pero lo mejor de todo es haberlo podido compartir con mi hermana Eneida. Fotos pronto y pronto también algún avance de nuestro road trip por la Isla Sur...
Si la envidia (sana) ocupara espacio la mia en estos momentos se vería desde el espacio
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