Y por las noches.
Y cuando se cumplen dos semanas de mi llegada a este nuevo país, después de lluvia, sol, cuestas interminables, días de cama y mocos, intentos de socialización con el mundo exterior, paseos por la “gran ciudad”, sushi y sándwiches de queso, cafés con leche y ensaladas de tomate, atún y ajo, 30 nudos de viento establecidos y calmas totales, fotos, calles desconocidas y estrellas por conocer y otras muchas cosas que iré contando, después de todo eso, anoche salgo por primera vez a conocer el mundo nocturno de esta pequeña ciudad. Como da la casualidad de que he coincidido con antiguos amigos que están aquí de paso, quedamos para salir juntos. Como ellos llevan ya aquí un mes y además son aguerridos marinos… se conocen los garitos de moda, así que me aprovecho de la sabiduría que da llevar un mes en un sitio que no conoces sin mucho más que hacer que currar como un loco intentando arreglar tu barco mientras esperas a que el viento role para poder salir de esta isla y me dejo guiar sin, absolutamente, ninguna objeción.
Así que allá vamos, vaya cuatro, se hace un poco raro salir con gente española aquí, pero al final, como buenos marinos, estamos acostumbrados a tener en cada puerto un amor, así que da un poco igual el lugar si la cara es conocida. Así que allá vamos, llegando a “Estudio”, Centro Gastronómico Cultural, o eso reza el neón luminoso de la puerta…y lo primero que se oye es percusión, ese ritmillo meloso y casi sensual que se te cuela dentro y ya no te suelta en toda la noche, y entonces me explican: aquí se dan clases de salsa, samba, capoeira, percusión, y aquí es donde se junta toda la gente como nosotros, que algo tiene en común, como mínimo, sentirse tan lejos de su país como nosotros.
La camarera es venezolana, y el camarero chileno. Y allí hay peruanos, y argentinos, y mexicanos y cubanos, y algún que otro español perdido y más de un neozelandés que ha venido a ver qué se cuece por aquí. Cervezas que se destilan ellos mismos, tres pisos de local y música cubana en directo. Y cuando me quiero dar cuenta mis caderas se han vuelto de goma y me descubro bailando salsa, o samba o todas ellas o mejor ninguna de ellas, pero eso es lo que menos importa, porque el ritmo suena y todo el mundo baila. Y entregada al baile como si lo hubiera estado haciendo toda la vida, de repente pienso, que con lo Rock and Roll que yo soy cualquiera que me viera no se iba a creer que yo lo que normalmente hago es ponerme mi camiseta negra e irme a gritar a los conciertos… ROCK AND ROLL!!!! Pero qué más da. Por un rato me olvido de que estoy a 20.000km de mi casa, y que echo de menos mis calles conocidas, y mi mar salada y mansa, y mis locales de moda donde se rockanrolea, y mis gintonics suavitos y amargos…
Y esta mañana me levanto con el dulce pitido de los oídos que deja una noche de música en directo, me sonrío por dentro, me siento a escribir y busco entre mis archivos sonoros estando segura de que voy a encontrar lo que busco, y ahí está, Cachaíto, y mientras dejo que el son me desentumezca el cuerpecito, me prometo que la próxima noche buscaré un local donde pueda ponerme mi camiseta negra y gritar ROCK AND ROLL!!!!
No te regalé yo una camiseta de los conciertos para que ahora te me vuelvas salsera...
ReplyDeleteAunque tampoco soy yo quien para decirte nada, teniendo en cuenta que mi juego de cadera era la envidia de medio Brasil ;)
pd: Así, tontamente, pongo la primera piedra de mi participación aquí. Diciéndote además aquello de "i miss u prima" ;)
pd2: Y yo si, hoy si, esta noche me voy de concierto. Yeah...
...jooooo!!!! I miss u too, primo, so much!!! Mi camiseta todavía no me la puedo poner, ya te contaré por qué, pero he descubierto otros garitos que nos van a gustar mucho. Ampliando la lonely planet...
ReplyDeleteQuién toca hoy? Salta por mi.
Puede ser divertido!!! Ya te veo yo con las caderas a un lado, para el otro lado...es facil?
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