...encerrada "una semana en el motor de una autobús". Hacía mucho que no escuchaba a Los Planetas, hacía mucho que J no me cantaba al oído, mucho que no compartíamos angustias y soledades, mucho que no compartíamos sentimientos tan oscuros como " y si esto te hace daño, si te puedo hacer sufrir, ha servido para algo, por lo menos para mí"...

Hoy he recibido una paquete desde España, una edición del libro Una semana en el motor de un autobús, y el regalo merecía un homenaje, una excusa como otra cualquiera para ponerme en "repeat mode", una y otra vez, sin descanso, reencontrándome con cada letra, con cada nota, con cada tema, los pelos de punta...y es que Los Planetas siempre acaban devolviéndome a mis orígenes, a ese día en el que al final de una cinta de casette, en el espacio que sobraba vacío de no me acuerdo qué disco, escuché por primera vez "Qué puedo hacer" y antes de terminar el tema ya estaba perdidamente, ciegamente e irremediablemente enamorada de J, sin poder pensar en otra cosa, sin querer escuchar otra cosa, preguntándome, ¿qué es esto?, ¿quiénes son?, lo quiero TODO. Los Planetas siempre me recuerdan de dónde vengo y a dónde quiero ir, me recuerdan la eterna duda que siempre me acompaña, la eterna pregunta que me quita el sueño, la eterna lucha, la eterna búsqueda, ¿cuál es el siguiente paso?, ¿hacia dónde?, ¿en qué dirección?, ¿será por aquí?, ¿me estaré equivocando?, ¿qué va a pasar si me tiro al barro ahora y sale mal?, ¿mi vida va a ser mejor de lo que fue?, ¿qué va a pasar si no lo es?...

Hoy me he levantado encerrada "una semana en el motor de un autobús", y he sonreído durante todo el día, con una mezcla de antigua nostalgia y renovada energía, con una mezcla de ternura y grupismo quinceañero, con una mezcla de recuerdos salados y dulces, con unas ganas inmensas de saltar y cantar hasta quedarme ronca, y luego salir al Wah-Wah y encontrarme con J, y de no ser capaz de hablar con él, y de ser empujada, y de mirarle a los ojos y decirle gracias...   

Y gracias a ti también, Jose-T, por encerrarme de nuevo una semana en el motor de un autobús...